Iniciación




















En las afueras del castillo la gente estaba aglomerada con emoción al Festival de la Iniciación.
Un ritual en donde los jóvenes caballeros de 15 años son tocados por la espada del rey para formar parte de su reino.
  Mirando con admiración, el cabello azabache era decorado con un velo morado por su significado de misterio y elegancia. Separada de su hermana gemela con tan solo 5 años  fue una practicante de un gran hechicero en un pequeño prado en donde ningún habitante conocía el lugar ya que una barrera protectora dejaba ver la inmensa naturaleza y animales que los rodeaban.
  Cada tanto en acontecimientos importantes era llamada por su gran don de la clarividencia, parte de ella sentía que negociaban con su talento pero no podía quejarse al hombre que la crió, le debía mucho.
 Las jóvenes doncellas terminaron con su cometido y fue tomada de la mano del mayordomo para conducirla hacia el gran banquete.
 Sentándose en un lúgubre trono de rosas con espinas yacía con los ojos cerrados. Una de las reglas más estúpidas pero primordiales era no saber la identidad del invitado.
 Los aplausos resonaron en sus oídos, la respiración se entrecortaba por cada paso, el temblor le llego hasta los pies. Y en seco una pequeña mano hizo contacto con la suya.
 Un rayo de desesperación cayo sobre si misma, una imagen desgarrándole la piel  apareció ante ella.
  Lanzándose hacia atrás exclamo: "Pobre de ti , pobre de mi, tu muerte nos ha marcado mi pequeño Lord".

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