Gula
Sintiendo un nudo en la garganta veía con desprecio la comida ante mis ojos.
Con una sonrisa retrospectiva arrebataba lo que tanto había anhelado.
Un túnel oscuro lo hacia suspenderse a lo lejos, un bombardeo de sangre dio
un salto hacia la luz.
Un emplumado dorado extendido con impaciencia descansaba su espina dorsal contra un coche a
las afueras de la carretera vacía. Desafiante voz de exigencia con una mano apuntando hacia arriba hizo que mantuviera la postura. Palabras incomprensibles me guiaban hacia un destartalado muelle.
En inercia fui engullido por la corriente. Lágrimas secadas por un pañuelo fueron arrojadas hacia la cama. Junto al pie un monje se deshizo con acomplejadas maniobras los nudos en sus manos, la cara de una calavera hambrienta estaba a la espera de su cena.
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