Nunca serás el conejo de Alice
Con el reloj en tu chaleco los sonidos entumecían
tus orejas almidonadas.
El gran misterio del triangulo de las bermudas era
tu refugio controlador.
Los muebles desgarraban mis carnes sangrantes.
Bebiendo un sorbo de tu medicina me ahogue entre el llanto.
Siguiendo la corriente, naufragio de alucinaciones, tus prisioneros
eran mis remos.
La respiración entrecortada en un hilo sin fin de arrebatos a la
tan llegada meta era mi destino.
Impostora de identidades fui clavada entre cristales.
Dulzura empalagosa de labios fue mi escape.
¿Quien eres cuando has sido arrebatada? ¿Hacia donde te diriges?
Te daré la respuesta- dice la sabiduría formando un torbellino de humo.
"Eres la reina y esclava de tus pensamientos controlarlos sera un reto no sin antes ser guillotinada".
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