Dulzura




















Los bombones disminuyen a medida que la charla
aumenta, las niñas entre susurro hablan sobre la
leyenda del Tomasinni, un hombre con aspecto
pequeño obsesionado con los dulces que si dejas
en un rincón de la casa cumple tu deseo.
 Gritando con la mesera el cabello rojizo entonaba
con la ira. El dinero no le alcanzaba y ya estaba
saboreando su alimento.
 Un billete de mi propiedad se deslizó sobre la mesa,
la mujer con las manos en jarras escupió un insulto dándose
media vuelta, un abrazo termino en tranquilidad.
 El peso de la basura era demasiado así que permanecí
en una forma de realizar una operación matemática.
 Un movimiento dentro del contenido dio una reacción
sobre actuada, con mis uñas largas prohibidas rasgue el plástico
 saliendo un pequeño cachorro gimiendo, lo sostuve como una madre
lo haría, detrás mio apareció la verdadera.
 Con lágrimas en los ojos me seque con mis puños, no era un deseo era un
sueño transformado en recuerdos distorsionados.

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